El sexo
es posiblemente una de las actividades más inherentes y naturales del ser
humano. Es también una de las actividades más estudiadas tanto a nivel
biológico, psicológico y sociológico. Algunos datos como el que nos proporciona
la OMS que contabiliza en 100 millones las relaciones sexuales que se practican al día nos da idea de su
importancia.
Ahora
bien desde el punto de vista biológico el sexo se resume, al igual que otros
muchos procesos, en un cóctel bien formulado de hormonas y otro tipo de
sustancias, siendo liberadas y reguladas en el momento adecuado por nuestro
sistema simpático y parasimpático.
Muy
resumido el proceso desde la excitación sexual hasta el orgasmo es el
siguiente:
A los
20 segundos después de aparecer la atracción sexual entre dos personas el organismo
libera acetilcolina y oxido nítrico que se encargan de la vasodilatación en los
órganos sexuales y en otras regiones del cuerpo. Esto explica la erección, la
lubricación pero también el rubor en regiones como las mejillas.
Posteriormente
el hipotálamo, el gran centro regulador libera hormonas encargadas de
intensificar la sensación de placer. Es curioso mencionar que durante el acto
todo el cerebro está a disposición del sexo, esto es, todas las neuronas
participan en el circuito de esta acción. Esto implica que cualquier
sentimiento, recuerdo o experiencia puede bloquear la línea. Es este el motivo
que explica muchos de los problemas sexuales que no son puramente biológicos si
no que son de origen psicológico. Es este el momento también de jugar con la
mente, de activar el cerebro pues es el mayor excitador del cuerpo humano. Es
esta la fase en el que hay que sacarle máximo rendimiento.
Dos son
las hormonas encargadas de la sensación orgásmica durante el clímax. En el
momento de mayor excitación el hipotálamo libera oxitocina y dopamina dos
hormonas que viajan por nuestro torrente sanguíneo y que producen la sensación
de placer en casi la totalidad de nuestro organismo.
Por
último después del orgasmo y al finalizar el acto se liberan otra pareja de sustancias,
la endorfina y la serotonina encargada de la relajación y la somnolencia
posterior que conocemos.
En
resumidas cuentas estas descargas hormonales son las encargadas de mediar ese
proceso que tanto nos intriga, que es el sexo.
A
continuación les presento un resumen que e encontrado por la red con unos datos
muy interesantes extraidos de un estudio del psicólogo estadounidense Daniel
Goleman.
- · En los hombres ninguno de los circuitos relacionados con el amor participan en el proceso de excitación sexual.Unicamente cuando el deseo va acompañado de amor se activan regiones adyacentes a las del amor.
- · Hombres y mujeres vivimos de forma distinta el acto amoroso porque aunque compartimos algunos circuitos relacionados con la pasión, compartimos importantes diferencias.
- · La dopamina es un agente quimico que compartimos ambos sexos. Este agente, relacionado al placer, es altamente adictivo y se activa en diferentes actividades como el juego, la adicción a las drogas y también en el sexo.
- · La vasopresina desempeña un papel muy importante en el establecimiento del vínculo.
- · Después del acto sexual, cuando no hay erección, el hombre libera más oxitocina que nunca, lo que parece ser una reacción de nuestro “cerebro social”, es cuando más se acercan las funciones químicas del cerebro femenino y masculino y posibilita el establecimiento de un vínculo.
Como se
puede apreciar durante la práctica del sexo se pone un gran número de
mecanismos biológicos en marcha para proporcionar una media de 12 minutos de orgasmo al año por
persona lo que nos puede dar a entender el poder de adicción que tiene el sexo
que nos hace emplear gran parte de nuestros tiempo y esfuerzos para unos pocos
minutos de placer biológicamente hablando.
Ciertamente
el sexo es primordial para nuestro bienestar físico, mental y social. Últimos
estudios revelan que las relaciones sexuales continuadas favorecen la
neurgenesis o crecimiento de nuevas neuronas. A si que si queremos mantener nuestro cerebro joven…
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